prostate cancer lrp prostatectomy   prostate cancer surgery prostate cancer news

Marcelo Grinberg
Flórida

 

Tengo 36 años y soy el más joven de la Fraternidad LRP de Miami. Al momento de escribir este texto, han transcurrido tres semanas desde mi LRP. Ya estoy completamente seco durante la noche y 90% seco durante el día. También he alcanzado erecciones parciales y el orgasmo. Así es como llegué a este momento:

Nací en Argentina, pero hace 14 años que vivo en los Estados Unidos. Tuve hepatitis A en mi niñez y un tiempo atrás tuve que hacerme tratar por una hernia. Contaba con buena salud en general.

Hace dos años, a mi hermano mayor, un medico de 48 años, le diagnosticaron cáncer de próstata. Mi hermano dedicó horas a la investigación. Finalmente, se sometió a una prostatectomía radical abierta en Johns Hopkins, Baltimore, MD. Lo vi sufrir durante meses. La incisión iba desde el centro de su abdomen hasta alrededor del ombligo. Se le había indicado comenzar a tomar suplementos de hierro semanas antes de la cirugía, ya que el hierro ayuda a la recuperación cuando existe pérdida de sangre. Se le había advertido que perdería abundante sangre durante la operación. Es por eso que había hecho donaciones de su propia sangre para prepararse para la operación, esa sangre fue utilizada en su totalidad durante la operación porque perdió más de un litro y medio.

Mi hermano llevó un catéter durante un mes, a través del cual orinó "Kool-Aid" durante tres semanas. No pudo caminar con normalidad hasta entre 6 y 8 semanas después de la operación.

Viendo todo esto, y considerando que no soy uno de los pacientes MÁS VALIENTES del mundo, decidí hacer mi PROPIA tarea. Coincidentemente, el ex-marido de mi esposa también había sufrido cáncer de próstata 5 años antes. Había optado por someterse a una cirugía realizada por laparoscopia y en forma localizada. ¡ÉL TAMBIÉN es médico! Y, como mi hermano, él también es bastante obsesivo con todo lo que hace en su vida. Cuando hablamos, me explicó que había consultado con siete – sí, siete – especialistas, en todo Estados Unidos, antes de elegir al Dr. Krongrad.

Entonces…. investigué MINUCIOSAMENTE sobre el Dr. Krongrad, le pedí a mi esposa que llamara a su consultorio, hablé con Hope –la mujer más amable que uno pueda conocer – y acordé una consulta para encontrarme con el doctor lo antes posible.

¿Cómo terminé en esta posición? Mi hermano advirtió que los hermanos de los hombres con cáncer de próstata, especialmente los hermanos de los hombres jóvenes con cáncer de próstata, tenían un alto riesgo de contraerlo. Me recomendó que controlara mi PSA. Esto me llevó a una consulta con mi internista, quien encontró que mi PSA era 4.6 ng/ml. Luego consulté con un urólogo que dijo que a mi edad, no era para preocuparse. Me recomendó un tratamiento de 10 días con el antibiótico Levaquin. Cuando repetí el PSA dio 3.7 ng/ml. El urólogo entonces dijo “PARA ESTAR TRANQUILOS”, ya que en su experiencia NUNCA HABÍA VISTO un paciente con cáncer de próstata de menos de 40 años, deberíamos hacer una biopsia. La biopsia mostró dos de los seis focos con cáncer. Mandé las diapositivas para tener un segundo diagnóstico, que determinó básicamente lo mismo.

El urólogo explicó que yo podía decidir simplemente no hacer nada al respecto… por 6 años…. ya que el cáncer de próstata se desarrollaba muy lentamente. Recomendó controles esporádicos. Bueno, ¡esto NO ERA PARA MÍ! Si alguien me dice que tengo CÁNCER… QUIERO ELIMINARLO!

Esto planteaba un dilema: Johns Hopkins, a donde mi hermano me insistía que fuera, o el Dr. Krongrad. Mi esposa, que sabía los buenos resultados obtenidos por su ex-marido y lo sencilla que fue su recuperación, no me insistía pero esperaba que me decidiera por el Dr. Krongrad. Además, dado que el Dr. Krongrad es un experto en la preservación de nervios, era capaz de salvar AMBOS fascículos nerviosos.

ENTONCES… nos reunimos con el Dr. Krongrad, quien nos dedicó mucho tiempo, explicó TODOS los temas, fue amable, delicado, y logró que nos sintiéramos SEGUROS por primera vez desde que se me diagnosticó el cáncer de próstata. Unas semanas más tarde, me sometí a una prostatectomía radical laparoscópica.

Resultó que, perdí más sangre durante la preparación de la operación que durante la misma. En una consulta previa a la operación con el anestesista, me caí y me golpeé la cara con su escritorio. Me llevaron de inmediato a la sala de emergencias, y todo terminó bien. Estaba entonces preparado para la cirugía de cáncer de próstata.

La LRP se extendió por dos horas. Desperté en la sala de recuperación y allí estaba mi hermano, el doctor, revoloteando sobre mi cabeza y recibí un beso en la cabeza. Pronto estaba arriba en mi habitación, conversando con mis padres. Mi orina era cristalina y la molestia era mínima. Esa noche, salí a caminar y a la mañana siguiente me fui a casa.

El patólogo informó luego que el cáncer era grado 6 en el sistema Gleason y estaba algo extendido pero se encontraba por completo dentro de la próstata y todos los márgenes quirúrgicos estaban limpios. Me alegro de no haber esperado.

Y…. aquí estoy… sintiéndome FANTÁSTICO… solamente tres semanas después de la cirugía. El día después de la operación regresé a casa, y hace varios días, me removieron el catéter. He estado corriendo, mientras que en esta misma etapa mi hermano no podía moverse de la cama. No lo ha dicho, pero esta claro que desea que hubiese realizado la misma opción que yo.

Supongo que es obvio que el Dr. Krongrad es talentoso y cuenta con un trato atento y gentil hacia el paciente. Si eso no es suficiente, también tiene un consultorio y personal que lo hacen sentir a uno como en su casa.. Amigables, cálidas, sensibles, eficientes, atentas, solidarias… ¿qué más puedo decir de Ruth y Hope?

Un último comentario: ya mencioné que mi hermano perdió un litro y medio de sangre durante la operación. Yo perdí 20cc y me fui a casa con cuatro pequeños parches curita cubriendo las incisiones (¡si es que se pueden llamar así!)

ME gustaría culminar simplemente diciendo que Dios bendiga al Dr. Krongrad, Dr. Hanabergh, mi internista, Ruth, Hope, y Sara, la anestesista, y a todos los que me ayudaron en estos momentos tan difíciles. Me dieron el MEJOR regalo de año nuevo… me devolvieron mi vida. Estaré agradecido por siempre.

BACK